Panificación
del tema
Tema:
Cumpleaños viaje de 15
Tipo
de texto: Autobiografía
Lectores:
alumnos de la clase de coe
Propósito:
evocar la emoción al celebrar mis quince años
Tono:
cálido
Estrategia
discursiva: describir, comparar, narrar
Plan
de ideas:
1. El día
de mi cumpleaños (7/06/2012)
1.1 En la
mañana en casa
1.1.1 Happy
birthday en mi habitación
1.1.2 Desayuno
de mi mamá
1.2 En la
tarde en el colegio
1.2.1 En el
almuerzo
1.3 En la
noche en casa de mis abuelos maternos
1.3.1 Cantando
el cumpleaños
2. El asado
en casa de mis abuelos el sábado (9/06/2012)
2.1 Durante
el asado
2.1.1 Almuerzo
familiar y torta
2.2 En la
noche, mientras bailaban
2.2.1 mariachis, rosas y un gran viaje
2.3 Después
de la gran sorpresa
2.3.1 palabras
de mis padres y mis palabras de agradecimiento
3.
sábado (27/10/2012) Tips para un viaje de
quince
3.1 reunión
de recomendaciones para la fiesta, el tour y el crucero
3.1.1 Tipos
de vestidos
3.1.2 Ropa
para el viaje
3.1.3 Dinero
para compras
3.1.4 Socialización
con el grupo de quinceañeras
4. Día de
la fiesta en el hotel Sheraton de Bogotá (17/11/2012)
4.1 En la
mañana en el colegio
4.2 En la
tarde (peluquería…)
4.3 En la
noche (en el hotel)
5.
Día del viaje (07/12/2012)
5.1 Despedida
de mis papas en el aeropuerto, encuentro con demás quinceañeras
6. Llegada
del viaje (22/12/2012)
6.1 En el
aeropuerto
Escritura:
Siete
de junio del 2012, por fin llegar a una etapa tan hermosa… mis quince años. Eran
las cuatro y media de la madrugada cuando vi a mi familia, mis cuatro hermanas
y mis papás, ingresando a la habitación, cantando y con un pequeño pastel con velas del número
quince. En ese momento sentí mucha nostalgia, alegría y nervios, la verdad no
sé bien como describir ese momento, tenía claro que iba a ser un gran día y que
muchas personas estarían en la espera de una gran sorpresa para mí. No lo sabía
pero lo presentía, era más que obvio, mi mamá actuaba de manera muy extraña, se
traían algo entre manos con mi familia.
Además,
se me iba haciendo tarde para el colegio, me levanté rápido y me arreglé,
cuando salí de la habitación vi un desayuno delicioso en la mesa del comedor,
segunda sorpresa de mamá, desayuné con mi familia entre risas y afanes pues a
todos se nos hacía tarde pero disfrutamos de un gran desayuno, después de un
rato sonó el citofono… la ruta nos dejó a mi hermana y a mí. Corrimos para no
tener retardo en el colegio, pero igual llegamos finalizando la primera hora de
clase; cuando entré al salón nadie me decía nada, me saludaron normal y no vi
nada por ningún lado. Al inicio de la segunda clase mi grupo de amigas dijeron
que yo estaba de cumpleaños, pues en ese momento me contaron el cumpleaños. Sin
embargo, sentía con cierta indiferencia a varias de mis amigas, por un momento
me sentí con rabia.
Llego
la hora del almuerzo, fui a almorzar al restaurante con tres amigas que también
lo hacían, mis otras amigas se fueron sin decirme nada ya estaba finalizando el
día así que ya no esperaba algún detalle. Terminé de almorzar y una de las
niñas con las que estaba me dijo que fuéramos a hacer un trabajo, cuando íbamos
llegando alcance a ver globos en la parte de atrás de un salón así que solté la
risa y ya todas lo notaron, me puse muy feliz, todo estaba súper lindo me
habían decorado el pasillo de unos salones con globos, serpentinas y fotos de
nuestro grupo, me dieron regalos entre ellas y pequeños detalles otras
compañeras. Terminé el día en colegio muy bien.
En
la noche estaba en casa haciendo trabajos cuando llamó mi mamá y
me dijo que me esperaba en casa de mi abuela, me arreglé y arregle a mi hermanita, salimos con todas mis hermanas. Llegamos a casa de la abuela, estaban mis tías y mis primos maternos, cenamos, cantamos y finalmente soplé la vela… en ese momento escuché música, eran mariachis, la gran sorpresa de la noche, el regalo de mi abuela. Nos dieron las doce allá. Evidentemente al otro día, viernes no fui al colegio.
me dijo que me esperaba en casa de mi abuela, me arreglé y arregle a mi hermanita, salimos con todas mis hermanas. Llegamos a casa de la abuela, estaban mis tías y mis primos maternos, cenamos, cantamos y finalmente soplé la vela… en ese momento escuché música, eran mariachis, la gran sorpresa de la noche, el regalo de mi abuela. Nos dieron las doce allá. Evidentemente al otro día, viernes no fui al colegio.
Era
sábado en la mañana mi mamá me despertó temprano para ir a comprar ropa, no
sabía porqué lo hacía pero yo estaba feliz con el solo hecho de ir juntas de
compras. En la tarde llegamos a las casa de mi papá y me sorprendí porque cuando
entré había mucha gente, mis familiares por parte de mi papá, en un asado. No
sabía porqué todos estaban allí, no me habían dicho nada. Mi mamá se devolvió al
carro bajo las bolsas de él y me dijo
vamos para que te cambies, ella también se cambió, nos arreglamos las dos y
bajamos. Ahí me saludaron diferente, me empezaron a felicitar por mis quince
años, entendí el motivo de la reunión.
Me sirvieron el almuerzo y, el postre fue la torta. Mi familia estaba feliz, unos tomando, otros bailando, otros atendiendo, otros cocinando, todos disfrutando de la reunión. Llegó la noche y entre canción y canción, cambió en un momento todo, cuando escucho mariachis, de nuevo, ¡no podía de la felicidad! en serio se habían esforzado mucho todos para hacerme mucho más feliz; ingresaron con un ramo grande de rosas rojas era hermoso; fue la primera vez que me dieron flores. Estaban cantando cuando se detienen de un momento a otro y me entregan una bolsa con un sobre, pues abrí el sobre frente a todos y era una constancia de viaje con la descripción de un tour de quinceañeras, empecé a leer “Persona: De tus padres, A nombre de: Emily Dayana Jara Ortiz, Descripción del bono: Viaje de quinceañera a SURAMERICA, Visitando: Buenos Aires, Cataratas de Iguazú, Rio de Janeiro, Montevideo, Punta del Este, El Calafate. Argentina, Uruguay - Patagonia - Brasil.” al terminar, con lágrimas en la cara, no sabía que decir solo lloraba, mi papá en ese momento tomó el micrófono y empezó a hablar, a darles gracias todos por hacer posible ese momento para mí, a contar como había sido mi recorrido hasta los quince años. Hermosos mis papas y mi padrastro hablando de esto, finalmente terminó la noche con palabras en donde agradecía a Dios y a mis padres y con las últimas canciones de los mariachis.
Me sirvieron el almuerzo y, el postre fue la torta. Mi familia estaba feliz, unos tomando, otros bailando, otros atendiendo, otros cocinando, todos disfrutando de la reunión. Llegó la noche y entre canción y canción, cambió en un momento todo, cuando escucho mariachis, de nuevo, ¡no podía de la felicidad! en serio se habían esforzado mucho todos para hacerme mucho más feliz; ingresaron con un ramo grande de rosas rojas era hermoso; fue la primera vez que me dieron flores. Estaban cantando cuando se detienen de un momento a otro y me entregan una bolsa con un sobre, pues abrí el sobre frente a todos y era una constancia de viaje con la descripción de un tour de quinceañeras, empecé a leer “Persona: De tus padres, A nombre de: Emily Dayana Jara Ortiz, Descripción del bono: Viaje de quinceañera a SURAMERICA, Visitando: Buenos Aires, Cataratas de Iguazú, Rio de Janeiro, Montevideo, Punta del Este, El Calafate. Argentina, Uruguay - Patagonia - Brasil.” al terminar, con lágrimas en la cara, no sabía que decir solo lloraba, mi papá en ese momento tomó el micrófono y empezó a hablar, a darles gracias todos por hacer posible ese momento para mí, a contar como había sido mi recorrido hasta los quince años. Hermosos mis papas y mi padrastro hablando de esto, finalmente terminó la noche con palabras en donde agradecía a Dios y a mis padres y con las últimas canciones de los mariachis.
Después
de estas reuniones familiares ya empezaron las reuniones y preparaciones para
el viaje en diciembre. Lo primero fue un sábado, en octubre, en donde reunieron a
todas las quinceañeras del país que viajan en diciembre a los diferentes destinos
de la agencia para explicar y dar tips para la fiesta de gala, el
tour y el crucero. En cuanto a la fiesta explicaban como debía ser el vestido
para que cumplieran ciertos requisitos; recomendaciones de diseñadoras de
vestidos de gala, y también para los vestidos de baño, y vestidos de coctel; la cantidad de personas que podían
ir…; para el viaje, recomendaciones de vacunas, ropa según los diferentes climas,
cantidad de dinero recomendado para compras; y para el crucero, como debía ser
la vestimenta para las distintas cenas dentro del barco. Terminando la reunión nos
presentamos con las niñas que teníamos el mismo destino, para hacer amistad
antes del viaje.
El
16 de noviembre fue el siguiente evento, la fiesta de quince, en el hotel Sheraton.
Asistí al colegio solo en la mañana, ya que pretendía ir a la jornada normal,
pero tenía mucha ansiedad y no lograba concentrarme en las clases; por esto mi
mama me recogió en el colegio a medio día. Después de esto, fuimos a recoger el
vestido porque faltaban mínimos detalles. De ahí, llegue a dormir para poder
descansar un rato, me desperté a las 4 de la tarde y llegó la estilista para
empezar a arreglarnos; terminamos de arreglarnos casi a las siete pm y de allí
salimos al hotel a encontrarnos con mi demás familia. Estuvimos unidos mis
cinco hermanos, mis papas y mis padrastros, disfrutando de la gran fiesta
Finalizando
el año, el más importante y esperado momento de mi vida, llegó,…mi gran viaje
por Suramérica. Este viaje empezó el 7 de diciembre en el aeropuerto de Buenos
aires, a las diez de la mañana, donde me encontré de nuevo con el grupo de
quinceañeras, felices, emocionadas y encantadas, pero, lo más importante,
agradecidas con Dios por darnos esa oportunidad tan maravillosa en nuestra vida. Sin embargo, este viaje tenía su final y llegó el 22 de diciembre, en Bogotá a las
6 de la tarde donde me despedía con gran nostalgia de mi grandes compañeras
esta tan maravillosa experiencia.
Reescritura:
Siete
de junio del 2012. Por fin esta hermosa etapa… mis quince años. Eran las cuatro
y media de la madrugada cuando vi a mi familia, mis cuatro hermanas y mis
papás, entran a mi habitación cantando
y con un pequeño pastel con velas del número quince. En ese momento sentí
mucha nostalgia, alegría y nervios. La verdad, no sé ¡Cómo describir ese
momento! Tenía claro que iba a ser un gran día y que muchas personas estarían
en la espera de una gran sorpresa para mí. No sabía nada, presentía, pues mi
mamá actuaba de manera muy extraña y se traía algo entre manos con mi familia.
Esa
mañana, se me estaba haciendo tarde para el colegio, me levanté rápido y me
arreglé. Cuando salí de la habitación vi un desayuno delicioso en la mesa del
comedor, segunda sorpresa de mamá. Desayuné con mi familia entre risas y afanes, pues a todos se nos hacía tarde, aun así
disfrutamos de un gran desayuno. Después de un rato sonó el citófono y no
alcanzamos a bajar, la ruta nos dejó a mi hermana y a mí. Corrimos para no
tener retardo en el colegio pero igual llegamos finalizando la primera hora de
clase. Cuando entré al salón nadie me decía nada, me saludaron normal y no vi
nada por ningún lado. Al inicio de la segunda clase,
mi grupo de amigas dijeron que yo estaba de cumpleaños y en ese momento me cantaron el cumpleaños. Sin
embargo, sentía con cierta indiferencia a varias de mis amigas. Por un momento
me sentí con rabia.
Llegó
la hora del almuerzo. Fui a almorzar al restaurante con tres amigas que también
tenían el servicio de restaurante; mis otras amigas se fueron sin decirme nada.
Ya estaba finalizando el día, así que ya no esperaba algún detalle. Terminé de
almorzar y una de las niñas con las que estaba me dijo que fuéramos a hacer un
trabajo. Cuando íbamos llegando, alcancé a ver globos en la parte de atrás de
un salón, así que solté la risa y ya todas lo notaron; me puse muy feliz, todo
estaba súper lindo, me habían decorado el pasillo de unos salones con globos,
serpentinas y fotos de nuestro grupo. Me dieron regalos entre ellas y pequeños
detalles de otras compañeras. Terminé el día en colegio muy bien.
En
la noche estaba en casa haciendo trabajos, cuando llamó mi mamá y me
dijo que me esperaba en casa de mi abuela. Me arreglé, organicé a mi
hermanita y salimos junto con mis otras dos hermanas. Llegamos a casa de mi
abuela, estaban mis tías y mis primos maternos. Esa noche cenamos, cantamos y
finalmente soplé la vela; durante la noche escuché música, eran mariachis, la
gran sorpresa de la noche (el regalo de mi abuela). Nos dieron las doce de la
noche allá y evidentemente al otro día, viernes, no fui al colegio.
Era
sábado en la mañana. Mi mamá me despertó
temprano para ir a comprar ropa, no sabía ¿por qué lo hacía?, pero yo estaba
feliz con el solo hecho de ir juntas de compras. En la tarde llegamos a las
casa de mi papá y me sorprendí porque cuando entré había mucha gente, mis
familiares por parte de mi papá, en un asado. No sabía por qué todos estaban
allí, no me habían dicho nada. Mi mamá se devolvió al carro, bajó las bolsas de él y me dijo: “vamos para que te cambies”. Ella también se
cambió, nos arreglamos las dos y bajamos. Ahí me saludaron diferente, me
empezaron a felicitar por mis quince años y entendí el motivo de la
reunión.
Me sirvieron el almuerzo y el postre fue la torta. Mi familia estaba feliz, unos tomando, bailando, atendiendo, cocinando y en sí, pasando un rato espectacular. Llegó la noche. Entré canción y canción, todo cambió en un momento cuando escucho mariachis de nuevo, ¡no podía de la felicidad! en serio se habían esforzado mucho todos para hacerme mucho más feliz; ingresaron con un ramo grande de rosas rojas era hermoso, fue la primera vez que me dieron flores. Estaban cantando cuando queda todo en silencio de un momento a otro y me entregan una bolsa con un sobre. Abrí el sobre frente a todos y era una constancia de viaje con la descripción de un tour de quinceañeras; empecé a leer: “Persona: De tus padres, A nombre de: Emily Dayana Jara Ortiz, Descripción del bono: Viaje de quinceañera a SURAMERICA, Visitando: Buenos Aires, Cataratas de Iguazú, Rio de Janeiro, Montevideo, Punta del Este, El Calafate. Argentina, Uruguay - Patagonia - Brasil.” Al terminar, con lágrimas en la cara, no sabía qué decir, solo lloraba; mi papá en ese momento tomó el micrófono y empezó a hablar, a darles gracias a todos por hacer posible ese momento para mí, a contar cómo había sido mi recorrido hasta los quince años. Hermosos mis papas y mi padrastro hablando de esto. Finalmente terminó la noche con palabra de agradecimiento a Dios, a mis padres y con las últimas canciones de los mariachis.
Me sirvieron el almuerzo y el postre fue la torta. Mi familia estaba feliz, unos tomando, bailando, atendiendo, cocinando y en sí, pasando un rato espectacular. Llegó la noche. Entré canción y canción, todo cambió en un momento cuando escucho mariachis de nuevo, ¡no podía de la felicidad! en serio se habían esforzado mucho todos para hacerme mucho más feliz; ingresaron con un ramo grande de rosas rojas era hermoso, fue la primera vez que me dieron flores. Estaban cantando cuando queda todo en silencio de un momento a otro y me entregan una bolsa con un sobre. Abrí el sobre frente a todos y era una constancia de viaje con la descripción de un tour de quinceañeras; empecé a leer: “Persona: De tus padres, A nombre de: Emily Dayana Jara Ortiz, Descripción del bono: Viaje de quinceañera a SURAMERICA, Visitando: Buenos Aires, Cataratas de Iguazú, Rio de Janeiro, Montevideo, Punta del Este, El Calafate. Argentina, Uruguay - Patagonia - Brasil.” Al terminar, con lágrimas en la cara, no sabía qué decir, solo lloraba; mi papá en ese momento tomó el micrófono y empezó a hablar, a darles gracias a todos por hacer posible ese momento para mí, a contar cómo había sido mi recorrido hasta los quince años. Hermosos mis papas y mi padrastro hablando de esto. Finalmente terminó la noche con palabra de agradecimiento a Dios, a mis padres y con las últimas canciones de los mariachis.
Después
de estas reuniones familiares, empezaron las preparaciones para el viaje en
diciembre. Lo primero fue un sábado, en octubre, en donde reunieron a todas las
quinceañeras del país que viajan en diciembre a los diferentes destinos de la
agencia para explicar y dar tips para la fiesta de gala, el tour y
el crucero. En cuanto a la fiesta explicaban cómo debía ser el vestido para que
cumplieran ciertos requisitos, recomendaciones de diseñadoras de vestidos de
gala, coctel y para los de baño; también aclaraciones de la cantidad de
personas que podían ir. Para el viaje, recomendaciones de vacunas, ropa según
los diferentes climas, cantidad de dinero recomendado para compras, y para el
crucero, cómo debía ser la vestimenta para las distintas cenas dentro del
barco. Terminando la reunión nos presentamos con las niñas que teníamos el
mismo destino, para hacer amistad antes del viaje.
El
16 de noviembre fue el siguiente evento, la fiesta de quince, en el hotel
Sheraton. Asistí al colegio solo en la mañana, ya que pretendía ir a la jornada
normal, pero tenía mucha ansiedad y no lograba concentrarme en las clases,
entonces, mi mamá me recogió en el colegio a medio día. Después de esto, fuimos
a recoger el vestido porque faltaban mínimos detalles. De ahí, llegue a dormir
para poder descansar un rato. Me desperté a las 4 de la tarde y llegó la
estilista para arreglarnos; terminamos de organizarnos casi a las siete p.m. y de allí
salimos al hotel a encontrarnos con familia. Estuvimos unidos mis cinco
hermanos, mis papas y mis padrastros, disfrutando de la gran fiesta.
Finalizando
el año, el más importante y esperado momento de mi vida llegó, mi gran viaje
por Suramérica. Este viaje empezó el 7 de diciembre en el aeropuerto de Buenos
aires, a las diez de la mañana, donde me encontré de nuevo con el grupo de
quinceañeras, felices, emocionadas y encantadas, pero, lo más importante,
agradecidas con Dios por darnos esa oportunidad tan maravillosa en nuestra vida.
Sin embargo, este viaje tenía su final y llegó el 22 de diciembre, en Bogotá a
las 6 de la tarde donde me despedía con gran nostalgia de mis grandes
compañeras de esta tan maravillosa experiencia.
Segunda reescritura:
Siete
de junio del 2012. Por fin esta hermosa etapa… mis quince años. Eran las cuatro
y media de la madrugada cuando vi a mi familia, mis cuatro hermanas y mis
papás, entran a mi habitación cantando y con
un pequeño pastel con velas del número quince. En ese momento sentí mucha
nostalgia, alegría y nervios. La verdad, no sé ¡Cómo describir ese momento! Tenía
claro que iba a ser un gran día y que muchas personas estarían en la espera de
una gran sorpresa para mí. No sabía nada, presentía, pues mi mamá actuaba de
manera muy extraña y se traía algo entre manos con mi familia.
Segunda reescritura:
Esa
mañana, se me estaba haciendo tarde para el colegio, me levanté rápido y me
arreglé. Cuando salí de la habitación vi un desayuno delicioso en la mesa del
comedor, segunda sorpresa de mamá. Desayuné con mi familia entre risas y afanes, pues a todos se nos hacía tarde, aún así
disfrutamos de un gran desayuno. Después de un rato sonó el citófono y no
alcanzamos a bajar, la ruta nos dejó a mi hermana y a mí. Corrimos para no
tener retardo en el colegio pero igual llegamos finalizando la primera hora de
clase. Cuando entré al salón nadie me decía nada, me saludaron normal y no vi
nada por ningún lado. Al inicio de la segunda clase,
mi grupo de amigas dijeron que yo estaba de cumpleaños y en ese momento me cantaron el cumpleaños. Sin
embargo, sentía con cierta indiferencia a varias de mis amigas. Por un momento
me sentí con rabia.
Llegó
medio día. Fui a almorzar al restaurante con tres amigas que también tenían el
servicio de restaurante; mis otras amigas se fueron sin decirme nada. Ya estaba
finalizando el día, así que ya no esperaba algún detalle. Terminé de almorzar y
una de las niñas con las que estaba me dijo que fuéramos a hacer un trabajo. Cuando
íbamos llegando, alcancé a ver globos en la parte de atrás de un salón, así que
solté la risa y ya todas lo notaron; me puse muy feliz. Todo estaba súper lindo,
me habían decorado el pasillo de unos salones con globos, serpentinas y fotos
de nuestro grupo. Me dieron regalos entre ellas y pequeños detalles de otras
compañeras. Terminé el día en colegio muy bien.
En
la noche estaba en casa haciendo trabajos, cuando llamó mi mamá y me
dijo que me esperaba en casa de mi abuela. Me arreglé, organicé a mi
hermanita y salimos junto con mis otras dos hermanas. Llegamos a casa de mi
abuela, estaban mis tías y mis primos maternos. Esa noche cenamos, cantamos y
finalmente soplé la vela; durante la noche escuché música, eran mariachis, la
gran sorpresa de la noche (el regalo de mi abuela). Nos dieron las doce de la
noche allá y evidentemente al otro día, viernes, no fui al colegio.
Era
sábado en la mañana. Mi mamá me despertó
temprano para ir a comprar ropa, no sabía ¿por qué lo hacía?, pero yo estaba
feliz con el solo hecho de ir juntas de compras. En la tarde llegamos a las
casa de mi papá y me sorprendí porque cuando entré había mucha gente, mis
familiares por parte de mi papá, en un asado. No sabía por qué todos estaban
allí, no me habían dicho nada. Mi mamá se devolvió al carro, bajó las bolsas de él y me dijo: “vamos para que te cambies”. Ella también se
cambió, nos arreglamos las dos y bajamos. Ahí me saludaron diferente, me
empezaron a felicitar por mis quince años y entendí el motivo de la
reunión.
Me sirvieron el almuerzo y el postre fue la torta. Mi familia estaba feliz, unos tomando, bailando, atendiendo, cocinando y en sí, pasando un rato espectacular. Llegó la noche. Entré canción y canción, todo cambió en un momento cuando escucho mariachis de nuevo, ¡no podía de la felicidad! en serio se habían esforzado mucho todos para hacerme mucho más feliz; ingresaron con un ramo grande de rosas rojas era hermoso, fue la primera vez que me dieron flores. Estaban cantando cuando queda todo en silencio de un momento a otro y me entregan una bolsa con un sobre. Abrí el sobre frente a todos y era una constancia de viaje con la descripción de un tour de quinceañeras; empecé a leer: “Persona: De tus padres, A nombre de: Emily Dayana Jara Ortiz, Descripción del bono: Viaje de quinceañera a SURAMERICA, Visitando: Buenos Aires, Cataratas de Iguazú, Rio de Janeiro, Montevideo, Punta del Este, El Calafate. Argentina, Uruguay - Patagonia - Brasil.” Al terminar, con lágrimas en la cara, no sabía qué decir, solo lloraba; mi papá en ese momento tomó el micrófono y empezó a hablar, a darles gracias a todos por hacer posible ese momento para mí, a contar cómo había sido mi recorrido hasta los quince años. Hermosos mis papas y mi padrastro hablando de esto. Finalmente terminó la noche con palabra de agradecimiento a Dios, a mis padres y con las últimas canciones de los mariachis.
Me sirvieron el almuerzo y el postre fue la torta. Mi familia estaba feliz, unos tomando, bailando, atendiendo, cocinando y en sí, pasando un rato espectacular. Llegó la noche. Entré canción y canción, todo cambió en un momento cuando escucho mariachis de nuevo, ¡no podía de la felicidad! en serio se habían esforzado mucho todos para hacerme mucho más feliz; ingresaron con un ramo grande de rosas rojas era hermoso, fue la primera vez que me dieron flores. Estaban cantando cuando queda todo en silencio de un momento a otro y me entregan una bolsa con un sobre. Abrí el sobre frente a todos y era una constancia de viaje con la descripción de un tour de quinceañeras; empecé a leer: “Persona: De tus padres, A nombre de: Emily Dayana Jara Ortiz, Descripción del bono: Viaje de quinceañera a SURAMERICA, Visitando: Buenos Aires, Cataratas de Iguazú, Rio de Janeiro, Montevideo, Punta del Este, El Calafate. Argentina, Uruguay - Patagonia - Brasil.” Al terminar, con lágrimas en la cara, no sabía qué decir, solo lloraba; mi papá en ese momento tomó el micrófono y empezó a hablar, a darles gracias a todos por hacer posible ese momento para mí, a contar cómo había sido mi recorrido hasta los quince años. Hermosos mis papas y mi padrastro hablando de esto. Finalmente terminó la noche con palabra de agradecimiento a Dios, a mis padres y con las últimas canciones de los mariachis.
Después
de estas reuniones familiares, empezaron las preparaciones para el viaje en
diciembre. Lo primero fue un sábado, en octubre, en donde reunieron a todas las
quinceañeras del país que viajan en diciembre a los diferentes destinos de la
agencia para explicar y dar tips para la fiesta de gala, el tour y
el crucero. En cuanto a la fiesta, explicaban cómo debía ser el vestido para
que cumplieran ciertos requisitos, recomendaciones de diseñadoras de vestidos
de gala, coctel y para los de baño; también aclaraciones de la cantidad
de personas que podían ir. Para el viaje, recomendaciones de vacunas, ropa
según los diferentes climas, cantidad de dinero recomendado para compras, y para
el crucero, cómo debía ser la vestimenta para las distintas cenas dentro del barco. Terminando la reunión nos presentamos con las niñas que
teníamos el mismo destino, para hacer amistad antes del viaje.
El
16 de noviembre fue el siguiente evento, la fiesta de quince, en el hotel
Sheraton. Asistí al colegio solo en la mañana, ya que pretendía ir a la jornada
normal, pero tenía mucha ansiedad y no lograba concentrarme en las clases,
entonces, mi mamá me recogió en el colegio a medio día. Después de esto, fuimos
a recoger el vestido porque faltaban mínimos detalles. De ahí, llegue a dormir
para poder descansar un rato. Me desperté a las 4 de la tarde y llegó la
estilista para arreglarnos; terminamos de organizarnos casi a las siete p.m. Luego, salimos
al hotel a encontrarnos con familia. Estuvimos unidos mis cinco hermanos, mis
papas y mis padrastros, disfrutando de la gran fiesta.
Finalizando
el año, el más importante y esperado momento de mi vida llegó, mi gran viaje
por Suramérica. Este viaje empezó el 7 de diciembre en el aeropuerto de Buenos
aires, a las diez de la mañana, donde me encontré de nuevo con el grupo de
quinceañeras, felices, emocionadas y encantadas, pero, lo más importante,
agradecidas con Dios por darnos esa oportunidad tan maravillosa en nuestras
vidas. Sin embargo, este viaje, como
todo, tenía su final, llegó el 22 de diciembre, en Bogotá a las 6 de la tarde
donde me despedía con gran nostalgia de mis grandes compañeras de esta tan
maravillosa experiencia.
Es una historia que de verdad atrapa al lector por la forma en que se narra, sin embargo hay que prestar atención a pequeños de conexión de ideas y mas puntualmente de palabras. La distribución de los tiempos me parece correcta, los espacios entre párrafos logran que el lector no se sienta abrumado por la cantidad de texto al momento de leer, por último siento que no hay necesidad de ser tan puntual contando cosas tan especificas del día porque hacen que el lector pueda perder el hilo de la historia por un momento y retomar en algo que no estaba del todo relacionado.
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