Autobiografía





Panificación del tema


Tema: Cumpleaños viaje de 15


Tipo de texto: Autobiografía

Lectores: alumnos de la clase de coe

Propósito: evocar la emoción al celebrar mis quince años

Tono: cálido

Estrategia discursiva: describir, comparar, narrar

Plan de ideas:

1.    El día de mi cumpleaños (7/06/2012)

1.1 En la mañana en casa

1.1.1     Happy birthday en mi habitación

1.1.2     Desayuno de mi mamá

1.2 En la tarde en el colegio

1.2.1     En el almuerzo

1.3 En la noche en casa de mis abuelos maternos

1.3.1     Cantando el cumpleaños

 

2.    El asado en casa de mis abuelos el sábado (9/06/2012)

2.1 Durante el asado

2.1.1     Almuerzo familiar y torta

2.2 En la noche, mientras bailaban

2.2.1 mariachis, rosas y un gran viaje

2.3 Después de la gran sorpresa

2.3.1     palabras de mis padres y mis palabras de agradecimiento

 

3.    sábado (27/10/2012) Tips para un viaje de quince

3.1 reunión de recomendaciones para la fiesta, el tour y el crucero

3.1.1     Tipos de vestidos

3.1.2     Ropa para el viaje

3.1.3     Dinero para compras

3.1.4     Socialización con el grupo de quinceañeras

 

4.    Día de la fiesta en el hotel Sheraton de Bogotá (17/11/2012)

4.1 En la mañana en el colegio

4.2 En la tarde (peluquería…)

4.3 En la noche (en el hotel)

5.    Día del viaje (07/12/2012)

5.1 Despedida de mis papas en el aeropuerto, encuentro con demás quinceañeras

 

6.    Llegada del viaje (22/12/2012)

6.1 En el aeropuerto

 

 

Escritura:

 

Siete de junio del 2012, por fin llegar a una etapa tan hermosa… mis quince años. Eran las cuatro y media de la madrugada cuando vi a mi familia, mis cuatro hermanas y mis papás, ingresando a la habitación, cantando y  con un pequeño pastel con velas del número quince. En ese momento sentí mucha nostalgia, alegría y nervios, la verdad no sé bien como describir ese momento, tenía claro que iba a ser un gran día y que muchas personas estarían en la espera de una gran sorpresa para mí. No lo sabía pero lo presentía, era más que obvio, mi mamá actuaba de manera muy extraña, se traían algo entre manos con mi familia.

 

Además, se me iba haciendo tarde para el colegio, me levanté rápido y me arreglé, cuando salí de la habitación vi un desayuno delicioso en la mesa del comedor, segunda sorpresa de mamá, desayuné con mi familia entre risas y afanes pues a todos se nos hacía tarde pero disfrutamos de un gran desayuno, después de un rato sonó el citofono… la ruta nos dejó a mi hermana y a mí. Corrimos para no tener retardo en el colegio, pero igual llegamos finalizando la primera hora de clase; cuando entré al salón nadie me decía nada, me saludaron normal y no vi nada por ningún lado. Al inicio de la segunda clase mi grupo de amigas dijeron que yo estaba de cumpleaños, pues en ese momento me contaron el cumpleaños. Sin embargo, sentía con cierta indiferencia a varias de mis amigas, por un momento me sentí con rabia.

 

Llego la hora del almuerzo, fui a almorzar al restaurante con tres amigas que también lo hacían, mis otras amigas se fueron sin decirme nada ya estaba finalizando el día así que ya no esperaba algún detalle. Terminé de almorzar y una de las niñas con las que estaba me dijo que fuéramos a hacer un trabajo, cuando íbamos llegando alcance a ver globos en la parte de atrás de un salón así que solté la risa y ya todas lo notaron, me puse muy feliz, todo estaba súper lindo me habían decorado el pasillo de unos salones con globos, serpentinas y fotos de nuestro grupo, me dieron regalos entre ellas y pequeños detalles otras compañeras. Terminé el día en colegio muy bien.

 

En la noche estaba en casa haciendo trabajos cuando llamó mi mamá y
me dijo que me esperaba en casa de mi abuela, me arreglé y arregle a mi hermanita, salimos con todas mis hermanas. Llegamos a casa de la abuela, estaban mis tías y mis primos maternos, cenamos, cantamos y finalmente soplé la vela… en ese momento escuché música, eran mariachis, la gran sorpresa de la noche, el regalo de mi abuela. Nos dieron las doce allá. Evidentemente al otro día, viernes no fui al colegio.

 

Era sábado en la mañana mi mamá me despertó temprano para ir a comprar ropa, no sabía porqué lo hacía pero yo estaba feliz con el solo hecho de ir juntas de compras. En la tarde llegamos a las casa de mi papá y me sorprendí porque cuando entré había mucha gente, mis familiares por parte de mi papá, en un asado. No sabía porqué todos estaban allí, no me habían dicho nada. Mi mamá se devolvió al carro bajo las bolsas de él y  me dijo vamos para que te cambies, ella también se cambió, nos arreglamos las dos y bajamos. Ahí me saludaron diferente, me empezaron a felicitar por mis quince años, entendí el motivo de la reunión.

Me sirvieron el almuerzo y, el postre fue la torta. Mi familia estaba feliz, unos tomando, otros bailando, otros atendiendo, otros cocinando, todos disfrutando de la reunión. Llegó la noche y entre canción y canción, cambió en un momento todo, cuando escucho mariachis, de nuevo, ¡no podía de la felicidad! en serio se habían esforzado mucho todos para hacerme mucho más feliz; ingresaron con un ramo grande de rosas rojas era hermoso; fue la primera vez que me dieron flores. Estaban cantando cuando se detienen de un momento a otro y me entregan una bolsa con un sobre, pues abrí el sobre frente a todos y era una constancia de viaje con la descripción de un tour de quinceañeras, empecé a leer “Persona: De tus padres, A nombre de: Emily Dayana Jara Ortiz, Descripción del bono: Viaje de quinceañera a SURAMERICA, Visitando: Buenos Aires, Cataratas de Iguazú, Rio de Janeiro, Montevideo, Punta del Este, El Calafate. Argentina, Uruguay - Patagonia - Brasil.” al terminar, con lágrimas en la cara, no sabía que decir solo lloraba, mi papá en ese momento tomó el micrófono y empezó a hablar, a darles gracias todos por hacer posible ese momento para mí, a contar como había sido mi recorrido hasta los quince años. Hermosos mis papas y mi padrastro hablando de esto, finalmente terminó la noche con palabras en donde agradecía a Dios y a mis padres y con las últimas canciones de los mariachis.

 

Después de estas reuniones familiares ya empezaron las reuniones y preparaciones para el viaje en diciembre. Lo primero fue un sábado, en octubre, en donde reunieron a todas las quinceañeras del país que viajan en diciembre a los diferentes destinos de la agencia para  explicar y dar tips para la fiesta de gala, el tour y el crucero. En cuanto a la fiesta explicaban como debía ser el vestido para que cumplieran ciertos requisitos; recomendaciones de diseñadoras de vestidos de gala,  y también para los vestidos de baño, y vestidos de coctel; la cantidad de personas que podían ir…; para el viaje, recomendaciones de vacunas, ropa según los diferentes climas, cantidad de dinero recomendado para compras; y para el crucero, como debía ser la vestimenta para las distintas cenas dentro del barco. Terminando la reunión nos presentamos con las niñas que teníamos el mismo destino, para hacer amistad antes del viaje.

 

El 16 de noviembre fue el siguiente evento, la fiesta de quince, en el hotel Sheraton. Asistí al colegio solo en la mañana, ya que pretendía ir a la jornada normal, pero tenía mucha ansiedad y no lograba concentrarme en las clases; por esto mi mama me recogió en el colegio a medio día. Después de esto, fuimos a recoger el vestido porque faltaban mínimos detalles. De ahí, llegue a dormir para poder descansar un rato, me desperté a las 4 de la tarde y llegó la estilista para empezar a arreglarnos; terminamos de arreglarnos casi a las siete pm y de allí salimos al hotel a encontrarnos con mi demás familia. Estuvimos unidos mis cinco hermanos, mis papas y mis padrastros, disfrutando de la gran fiesta

 

Finalizando el año, el más importante y esperado momento de mi vida, llegó,…mi gran viaje por Suramérica. Este viaje empezó el 7 de diciembre en el aeropuerto de Buenos aires, a las diez de la mañana, donde me encontré de nuevo con el grupo de quinceañeras, felices, emocionadas y encantadas, pero, lo más importante, agradecidas con Dios por darnos esa oportunidad tan maravillosa en nuestra vida. Sin embargo, este viaje tenía su final y llegó el 22 de diciembre, en Bogotá a las 6 de la tarde donde me despedía con gran nostalgia de mi grandes compañeras esta tan maravillosa experiencia.






Reescritura:



Siete de junio del 2012. Por fin esta hermosa etapa… mis quince años. Eran las cuatro y media de la madrugada cuando vi a mi familia, mis cuatro hermanas y mis papás,  entran a mi habitación cantando y con un pequeño pastel con velas del número quince. En ese momento sentí mucha nostalgia, alegría y nervios. La verdad, no sé ¡Cómo describir ese momento! Tenía claro que iba a ser un gran día y que muchas personas estarían en la espera de una gran sorpresa para mí. No sabía nada, presentía, pues mi mamá actuaba de manera muy extraña y se traía algo entre manos con mi familia.

Esa mañana, se me estaba haciendo tarde para el colegio, me levanté rápido y me arreglé. Cuando salí de la habitación vi un desayuno delicioso en la mesa del comedor, segunda sorpresa de mamá. Desayuné con mi familia entre risas y afanes, pues a todos se nos hacía tarde, aun así disfrutamos de un gran desayuno. Después de un rato sonó el citófono y no alcanzamos a bajar, la ruta nos dejó a mi hermana y a mí. Corrimos para no tener retardo en el colegio pero igual llegamos finalizando la primera hora de clase. Cuando entré al salón nadie me decía nada, me saludaron normal y no vi nada por ningún lado. Al inicio de la segunda clase, mi grupo de amigas dijeron que yo estaba de cumpleaños y  en ese momento me cantaron el cumpleaños. Sin embargo, sentía con cierta indiferencia a varias de mis amigas. Por un momento me sentí con rabia.

Llegó la hora del almuerzo. Fui a almorzar al restaurante con tres amigas que también tenían el servicio de restaurante; mis otras amigas se fueron sin decirme nada. Ya estaba finalizando el día, así que ya no esperaba algún detalle. Terminé de almorzar y una de las niñas con las que estaba me dijo que fuéramos a hacer un trabajo. Cuando íbamos llegando, alcancé a ver globos en la parte de atrás de un salón, así que solté la risa y ya todas lo notaron; me puse muy feliz, todo estaba súper lindo, me habían decorado el pasillo de unos salones con globos, serpentinas y fotos de nuestro grupo. Me dieron regalos entre ellas y pequeños detalles de otras compañeras. Terminé el día en colegio muy bien.

En la noche estaba en casa haciendo trabajos, cuando llamó mi mamá y me dijo que me esperaba en casa de mi abuela. Me arreglé, organicé a mi hermanita y salimos junto con mis otras dos hermanas. Llegamos a casa de mi abuela, estaban mis tías y mis primos maternos. Esa noche cenamos, cantamos y finalmente soplé la vela; durante la noche escuché música, eran mariachis, la gran sorpresa de la noche (el regalo de mi abuela). Nos dieron las doce de la noche allá y evidentemente al otro día, viernes, no fui al colegio.

Era sábado en la mañana. Mi mamá me despertó temprano para ir a comprar ropa, no sabía ¿por qué lo hacía?, pero yo estaba feliz con el solo hecho de ir juntas de compras. En la tarde llegamos a las casa de mi papá y me sorprendí porque cuando entré había mucha gente, mis familiares por parte de mi papá, en un asado. No sabía por qué todos estaban allí, no me habían dicho nada. Mi mamá se devolvió al carro, bajó las bolsas de él y  me dijo: “vamos para que te cambies”. Ella también se cambió, nos arreglamos las dos y bajamos. Ahí me saludaron diferente, me empezaron a felicitar por mis quince años y entendí el motivo de la reunión.

Me sirvieron el almuerzo y el postre fue la torta. Mi familia estaba feliz, unos tomando, bailando, atendiendo, cocinando y en sí, pasando un rato espectacular. Llegó la noche. Entré canción y canción, todo cambió en un momento cuando escucho mariachis de nuevo, ¡no podía de la felicidad! en serio se habían esforzado mucho todos para hacerme mucho más feliz; ingresaron con un ramo grande de rosas rojas era hermoso, fue la primera vez que me dieron flores. Estaban cantando cuando queda todo en silencio de un momento a otro y me entregan una bolsa con un sobre. Abrí el sobre frente a todos y era una constancia de viaje con la descripción de un tour de quinceañeras; empecé a leer: “Persona: De tus padres, A nombre de: Emily Dayana Jara Ortiz, Descripción del bono: Viaje de quinceañera a SURAMERICA, Visitando: Buenos Aires, Cataratas de Iguazú, Rio de Janeiro, Montevideo, Punta del Este, El Calafate. Argentina, Uruguay - Patagonia - Brasil.” Al terminar, con lágrimas en la cara, no sabía qué decir, solo lloraba; mi papá en ese momento tomó el micrófono y empezó a hablar, a darles gracias a todos por hacer posible ese momento para mí, a contar cómo había sido mi recorrido hasta los quince años. Hermosos mis papas y mi padrastro hablando de esto. Finalmente terminó la noche con palabra de agradecimiento a Dios, a mis padres y con las últimas canciones de los mariachis.

Después de estas reuniones familiares, empezaron las preparaciones para el viaje en diciembre. Lo primero fue un sábado, en octubre, en donde reunieron a todas las quinceañeras del país que viajan en diciembre a los diferentes destinos de la agencia para  explicar y dar tips para la fiesta de gala, el tour y el crucero. En cuanto a la fiesta explicaban cómo debía ser el vestido para que cumplieran ciertos requisitos, recomendaciones de diseñadoras de vestidos de gala, coctel y  para los de baño; también aclaraciones de la cantidad de personas que podían ir. Para el viaje, recomendaciones de vacunas, ropa según los diferentes climas, cantidad de dinero recomendado para compras, y para el crucero, cómo debía ser la vestimenta para las distintas cenas dentro del barco. Terminando la reunión nos presentamos con las niñas que teníamos el mismo destino, para hacer amistad antes del viaje.

El 16 de noviembre fue el siguiente evento, la fiesta de quince, en el hotel Sheraton. Asistí al colegio solo en la mañana, ya que pretendía ir a la jornada normal, pero tenía mucha ansiedad y no lograba concentrarme en las clases, entonces, mi mamá me recogió en el colegio a medio día. Después de esto, fuimos a recoger el vestido porque faltaban mínimos detalles. De ahí, llegue a dormir para poder descansar un rato. Me desperté a las 4 de la tarde y llegó la estilista para arreglarnos; terminamos de organizarnos casi a las siete p.m. y de allí salimos al hotel a encontrarnos con familia. Estuvimos unidos mis cinco hermanos, mis papas y mis padrastros, disfrutando de la gran fiesta.

Finalizando el año, el más importante y esperado momento de mi vida llegó, mi gran viaje por Suramérica. Este viaje empezó el 7 de diciembre en el aeropuerto de Buenos aires, a las diez de la mañana, donde me encontré de nuevo con el grupo de quinceañeras, felices, emocionadas y encantadas, pero, lo más importante, agradecidas con Dios por darnos esa oportunidad tan maravillosa en nuestra vida. Sin embargo, este viaje tenía su final y llegó el 22 de diciembre, en Bogotá a las 6 de la tarde donde me despedía con gran nostalgia de mis grandes compañeras de esta tan maravillosa experiencia.




Segunda reescritura:

Siete de junio del 2012. Por fin esta hermosa etapa… mis quince años. Eran las cuatro y media de la madrugada cuando vi a mi familia, mis cuatro hermanas y mis papás,  entran a mi habitación cantando y con un pequeño pastel con velas del número quince. En ese momento sentí mucha nostalgia, alegría y nervios. La verdad, no sé ¡Cómo describir ese momento! Tenía claro que iba a ser un gran día y que muchas personas estarían en la espera de una gran sorpresa para mí. No sabía nada, presentía, pues mi mamá actuaba de manera muy extraña y se traía algo entre manos con mi familia.

Esa mañana, se me estaba haciendo tarde para el colegio, me levanté rápido y me arreglé. Cuando salí de la habitación vi un desayuno delicioso en la mesa del comedor, segunda sorpresa de mamá. Desayuné con mi familia entre risas y afanes, pues a todos se nos hacía tarde, aún así disfrutamos de un gran desayuno. Después de un rato sonó el citófono y no alcanzamos a bajar, la ruta nos dejó a mi hermana y a mí. Corrimos para no tener retardo en el colegio pero igual llegamos finalizando la primera hora de clase. Cuando entré al salón nadie me decía nada, me saludaron normal y no vi nada por ningún lado. Al inicio de la segunda clase, mi grupo de amigas dijeron que yo estaba de cumpleaños y  en ese momento me cantaron el cumpleaños. Sin embargo, sentía con cierta indiferencia a varias de mis amigas. Por un momento me sentí con rabia.

Llegó medio día. Fui a almorzar al restaurante con tres amigas que también tenían el servicio de restaurante; mis otras amigas se fueron sin decirme nada. Ya estaba finalizando el día, así que ya no esperaba algún detalle. Terminé de almorzar y una de las niñas con las que estaba me dijo que fuéramos a hacer un trabajo. Cuando íbamos llegando, alcancé a ver globos en la parte de atrás de un salón, así que solté la risa y ya todas lo notaron; me puse muy feliz. Todo estaba súper lindo, me habían decorado el pasillo de unos salones con globos, serpentinas y fotos de nuestro grupo. Me dieron regalos entre ellas y pequeños detalles de otras compañeras. Terminé el día en colegio muy bien.

En la noche estaba en casa haciendo trabajos, cuando llamó mi mamá y me dijo que me esperaba en casa de mi abuela. Me arreglé, organicé a mi hermanita y salimos junto con mis otras dos hermanas. Llegamos a casa de mi abuela, estaban mis tías y mis primos maternos. Esa noche cenamos, cantamos y finalmente soplé la vela; durante la noche escuché música, eran mariachis, la gran sorpresa de la noche (el regalo de mi abuela). Nos dieron las doce de la noche allá y evidentemente al otro día, viernes, no fui al colegio.

Era sábado en la mañana. Mi mamá me despertó temprano para ir a comprar ropa, no sabía ¿por qué lo hacía?, pero yo estaba feliz con el solo hecho de ir juntas de compras. En la tarde llegamos a las casa de mi papá y me sorprendí porque cuando entré había mucha gente, mis familiares por parte de mi papá, en un asado. No sabía por qué todos estaban allí, no me habían dicho nada. Mi mamá se devolvió al carro, bajó las bolsas de él y  me dijo: “vamos para que te cambies”. Ella también se cambió, nos arreglamos las dos y bajamos. Ahí me saludaron diferente, me empezaron a felicitar por mis quince años y entendí el motivo de la reunión.

Me sirvieron el almuerzo y el postre fue la torta. Mi familia estaba feliz, unos tomando, bailando, atendiendo, cocinando y en sí, pasando un rato espectacular. Llegó la noche. Entré canción y canción, todo cambió en un momento cuando escucho mariachis de nuevo
, ¡no podía de la felicidad! en serio se habían esforzado mucho todos para hacerme mucho más feliz; ingresaron con un ramo grande de rosas rojas era hermoso, fue la primera vez que me dieron flores. Estaban cantando cuando queda todo en silencio de un momento a otro y me entregan una bolsa con un sobre. Abrí el sobre frente a todos y era una constancia de viaje con la descripción de un tour de quinceañeras; empecé a leer: “Persona: De tus padres, A nombre de: Emily Dayana Jara Ortiz, Descripción del bono: Viaje de quinceañera a SURAMERICA, Visitando: Buenos Aires, Cataratas de Iguazú, Rio de Janeiro, Montevideo, Punta del Este, El Calafate. Argentina, Uruguay - Patagonia - Brasil.” Al terminar, con lágrimas en la cara, no sabía qué decir, solo lloraba; mi papá en ese momento tomó el micrófono y empezó a hablar, a darles gracias a todos por hacer posible ese momento para mí, a contar cómo había sido mi recorrido hasta los quince años. Hermosos mis papas y mi padrastro hablando de esto. Finalmente terminó la noche con palabra de agradecimiento a Dios, a mis padres y con las últimas canciones de los mariachis.

Después de estas reuniones familiares, empezaron las preparaciones para el viaje en diciembre. Lo primero fue un sábado, en octubre, en donde reunieron a todas las quinceañeras del país que viajan en diciembre a los diferentes destinos de la agencia para  explicar y dar tips para la fiesta de gala, el tour y el crucero. En cuanto a la fiesta, explicaban cómo debía ser el vestido para que cumplieran ciertos requisitos, recomendaciones de diseñadoras de vestidos de gala, coctel y  para los de baño; también aclaraciones de la cantidad de personas que podían ir. Para el viaje, recomendaciones de vacunas, ropa según los diferentes climas, cantidad de dinero recomendado para compras, y para el crucero, cómo debía ser la vestimenta para las distintas cenas dentro del barco. Terminando la reunión nos presentamos con las niñas que teníamos el mismo destino, para hacer amistad antes del viaje.

El 16 de noviembre fue el siguiente evento, la fiesta de quince, en el hotel Sheraton. Asistí al colegio solo en la mañana, ya que pretendía ir a la jornada normal, pero tenía mucha ansiedad y no lograba concentrarme en las clases, entonces, mi mamá me recogió en el colegio a medio día. Después de esto, fuimos a recoger el vestido porque faltaban mínimos detalles. De ahí, llegue a dormir para poder descansar un rato. Me desperté a las 4 de la tarde y llegó la estilista para arreglarnos; terminamos de organizarnos casi a las siete p.m. Luego, salimos al hotel a encontrarnos con familia. Estuvimos unidos mis cinco hermanos, mis papas y mis padrastros, disfrutando de la gran fiesta.

Finalizando el año, el más importante y esperado momento de mi vida llegó, mi gran viaje por Suramérica. Este viaje empezó el 7 de diciembre en el aeropuerto de Buenos aires, a las diez de la mañana, donde me encontré de nuevo con el grupo de quinceañeras, felices, emocionadas y encantadas, pero, lo más importante, agradecidas con Dios por darnos esa oportunidad tan maravillosa en nuestras vidas. Sin embargo, este viaje,  como todo, tenía su final, llegó el 22 de diciembre, en Bogotá a las 6 de la tarde donde me despedía con gran nostalgia de mis grandes compañeras de esta tan maravillosa experiencia.

 
 
 

 


1 comentario:

  1. Es una historia que de verdad atrapa al lector por la forma en que se narra, sin embargo hay que prestar atención a pequeños de conexión de ideas y mas puntualmente de palabras. La distribución de los tiempos me parece correcta, los espacios entre párrafos logran que el lector no se sienta abrumado por la cantidad de texto al momento de leer, por último siento que no hay necesidad de ser tan puntual contando cosas tan especificas del día porque hacen que el lector pueda perder el hilo de la historia por un momento y retomar en algo que no estaba del todo relacionado.

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